Una cocinera en Ensenada
Vivir en Ensenada es aprender del amor de las grandes personas que han hecho crecer el mundo gastronómico y vitivinicultura del lugar y en el Valle de Guadalupe, a observar sus atardeceres de mil colores que se asemejan a una pintura, de comer delicioso aprovechando el producto local tanto del mar como de su tierra fértil.
Trabajar en el Valle es totalmente una experiencia que todo cocinero debe tener alguna vez en su vida, trabajo en el restaurante Deckman’s en el Mogor con el chef Drew Deckman, quien ha sido mi maestro desde hace tres años. El restaurante se encuentra dentro del viñedo Mogor Badán, está al aire libre, a un costado del viñedo; debajo de unos enormes pinos. Cocinamos con una parrilla y un horno a la leña con las hermosas hortalizas del huerto y mercadito de Natalia, productos del mar del día, borregos del mismo rancho y otras cosas de proveedores locales.
Lo grandioso es el contacto directo con los proveedores, como el ir a la pescadería y escoger tus propios pescados de esa misma mañana, ir a la empresa donde traen los ostiones y mejillones de playas cercanas. En el Mogor todos los días bajamos a la huerta a hacer el pedido, siempre aprovechando lo que está de temporada, los mismos de la huerta nos enseñan a como cultivar, cuidar y cortar las plantas y verduras, podemos ver cómo va creciendo la vid y el proceso del vino, durante todo el año es increíble ver el trabajo y dedicación de todos. Ver a los borreguitos del rancho desde que nacen y verlos crecer, correr por el campo, ha sido grandioso.
Es todo un reto cocinar al aire libre, la dirección del aire siempre esta cambiando, hay días con vientos fuertes o lluvia, días con mucho frío, el sol y el calor en el verano, otros super bonitos con clima cálido con el cantar de los pajaritos, es aprender a jugar con la leña según los factores climáticos. No es una tarea fácil, pero vale la pena cuando ves salir al cliente feliz y valorando el trabajo realizado.
Ensenada es un lugar tranquilo, fuera del tráfico y ruido de las grandes ciudades. Se come delicioso, hay varias opciones gastronómicas como las carretas en el centro, como La Guerrerense, donde se encuentran las famosas tostadas de Sabina y el Gordito de tostadas de ceviche y exquisitos cocteles, mi favorito el campechano (camarón, pulpo y almeja), ambos ricos, producto fresco y muy limpios.
También puedes encontrar varias opciones de grandes restaurantes como Manzanilla, Muelle 3, Boules, Bamboo Garden, entre otros. Por la noche la Cerveceria Wendlant, con sus propias cervezas artesanales y deliciosas entraditas. Unos deliciosos ostiones tempura en el Ultramarino, no puedes dejar de ir por un clamato al Housongs la cantina mas vieja de Baja California.
En el valle de Guadalupe puedes hacer recorridos por las vinícolas y hacer degustaciones, para comer hay varias opciones a gusto de todos, para desayunar unos deliciosos tacos de borrego de la Cerretita en el semáforo de San Antonio de las minas y también grandes restaurantes dentro de los viñedos como Deckman’s, Tres Galline, Laja, Corazón de Tierra y muchos más lugares deliciosos.
Para mí vivir enfrente del mar, trabajar entre viñedos y olivos, ver los atardeceres, en mis días libres tener varias opciones increíbles para ir a comer, conseguir productos frescos y hechos por los locatarios todos los días me hace muy feliz, amar el lugar y a su gente, soy amante de la buena comida y del buen beber.